domingo, 10 de octubre de 2010

CAPÍTULO 9: SIN ESPERANZA

Cuando Hermione despertó el cuerpo le dolía tanto que en vez de haber pasado toda la noche durmiendo sobre cómodos cojines y envuelta entre finas sábanas, más bien parecía que la hubiesen aporreado hasta el amanecer. Le dolía cada ínfima fracción de la piel, así como los músculos y las articulaciones. Estaba tan acostumbrada a dormir acurrucada sobre las irregulares baldosas de la celda que su cuerpo no había sido capaz de asimilar en una sola noche el mullido tacto del colchón.

Gran parte de la noche la había pasado despierta con la mirada fija en Ginny. No podía quitarse de la cabeza la citación. Si ella moría, ¿quién cuidaría de la pequeña de los Weasley? ¿Quién la protegería e intentaría buscar una forma de despertarla si esa misma noche Hermione desaparecía sin dejar rastro? No podía dejarla sola allí, pero llevársela consigo era una auténtica locura. Al final acabaría consiguiendo que las matasen a las dos.

Unos débiles y persistentes golpecitos en la puerta la abstrajeron de sus pensamientos.

—Jean, Ginny, os he preparado el baño—la voz de Cathy se hizo oír desde el otro lado de la gruesa puerta de madera—. Os he dejado toallas y ropa limpia junto a la bañera.

—Muchas gracias—susurró la castaña con la voz ahogada por la sorpresa.

Hacía tanto tiempo que nadie era agradable con ella que su primer impulso al escuchar los golpes había sido asir con fuerza la varita y apuntar con ésta hacia la puerta, lista para atacar si era necesario. Para entonces se sentía ridícula, y más aún porque nadie en el mundo mágico la conocía por el nombre de Jean. Cathy era la única persona que la llamaba así desde el día en que nació. Solía decir que Hermione era un nombre carente de poder. Proclamaba constantemente a los cuatro vientos que Jean mostraba al mundo el carácter y la fuerza que la castaña poseía y que, por esa sencilla razón, no encontraba lógico llamarla por el nombre de Hermione.

Otra cosa que la había dejado descolocada era el hecho de que Cathy les hubiese preparado un baño a ambas. Quizá Bob y ella, al no tener noticias de Hermione durante la noche, hubiesen presupuesto que el estado de Ginny había mejorado a lo largo de ésta. Tenía que inventarse algo para que no fisgoneasen. Si veían a Ginny en ese estado letárgico lo más seguro es que creyesen que estaba muerta, y no quería ni pensar qué sucedería si Cathy y Bob llegasen a conjeturar que había sido capaz de dormir junto al cadáver de su mejor amiga sin inmutarse lo más mínimo.

Tan sólo abandonar la habitación, Cathy la abordó con una serie de preguntas para las que Hermione ya había planteado respuestas.

—¿Y tú compañera? ¿Cómo se encuentra? ¿Habéis pasado una buena noche? —la interceptó intentando asomar la cabeza por el pequeño resquicio que había entre el marco y la puerta.

Hermione, sin alterarse, cerró lentamente la puerta tras de sí a la vez que esbozaba una sonrisa. Las comisuras de los labios se le tensaron irremediablemente en un intento por mantener la compostura.

—Se encuentra mejor, pero un poco cansada—dijo—. A poder ser, agradecería que no la despertaseis. Le cuesta mucho conciliar el sueño y apenas hace una hora que ha conseguido dormirse. Ha pasado toda la noche en vela—sin revelar ningún signo de falsedad, Hermione se frotó los ojos dejando entrever lo agotada que estaba.

—Y por lo que veo tú tampoco has dormido demasiado. Debías estar preocupada por tu amiga, ¿verdad?—preguntó la rechoncha mujer sin esperar una respuesta—. Es lógico. Una vez Bob enfermó de gripe. Estuvo tres días en cama. Apenas pegué ojo hasta que se recuperó—Cathy sonrió mostrando todos y cada uno de los dientes superiores, amontonados desordenadamente unos sobre otros—. ¿Y cómo pudisteis caeros por el barranco? El camino está lleno de señales.

Hermione se masajeó la dolorida nuca. Seguramente había pasado gran parte de la noche en una mala postura. El cuello le daba insistentes pinchazos recriminatorios.

—La verdad es que no lo recuerdo muy bien. Sólo recuerdo que la tierra estaba húmeda y resbaladiza, que empezaba a anochecer y que Ginny tropezó—inventó sobre la marcha—. Al intentar cogerla, resbalé y caímos por la pendiente—la castaña rió como si se burlase abiertamente de su propia torpeza—. Supongo que hemos tenido suerte.

—Yo siempre he dicho que no hay nada más importante que la suerte; es la que dirige nuestras vidas—aseguró Cathy con seriedad.

—La suerte es importante—coincidió Hermione—. Por cierto, no recuerdo muy bien dónde queda el Barranco Muerto. Me gustaría ir esta tarde a echarle un vistazo. No querría que volviese a pasarnos algo parecido en el viaje de vuelta.

Cathy dejó escapar una sonora carcajada antes de asegurarle que guardaba en su cuarto un par de mapas de la zona y que no tenía ningún inconveniente en regalarle uno de ellos.

—Si quieres Bob puede acompañarte. Le fascina el bosque. Estoy segura de que estaría encantado de…

—Preferiría ir sola—la cortó Hermione con sequedad. No estaba dispuesta a poner en peligro a más gente—. Aún así me encantaría que un día de éstos Bob me enseñase la zona. Hacía muchos años que no visitaba éste lugar.

—Y que lo digas. Sólo eras una niña la última vez que te vi, y mírate ahora—un deje de nostalgia asomó de sus ojos azules—. ¿Cómo están John y Helen? —la mirada de Hermione buscó un punto muerto lejos de las indagaciones de Cathy—. Supongo que estarán orgullosos de que te hayas convertido en toda una mujer, y lista—añadió haciendo hincapié en ello—. Siempre has sido muy inteligente, mucho más que los otros niños. Recuerdo una vez, cuando Helen nos invitó a Bob y a mí a la casita que teníais en la playa y tú me recitaste de memoria todos los pasajes de la dichosa Biblia. Santo Dios, no podía creer que sólo te la hubieses leído un par de veces antes de explicarme la diferencia que hay entre la Biblia protestante y la católica. Fue una charla muy inspiradora, ya lo creo que sí —la campanilla de la entrada tintineó con fuerza anunciando la llegada de inesperados huéspedes—. Clientes—susurró Cathy delineando una despampanante sonrisa.

Sin mitigar la sonrisa, bajó apresuradamente los escalones en dirección al recibidor.

Una vez sola, Hermione volvió a ahogarse en la realidad. Hablar con Cathy le había hecho desenterrar viejos recuerdos, viejos sentimientos, viejos acontecimientos que no podía cambiar y que mucho tiempo atrás se había obligado a olvidar.

Arrastrando los pies por la moqueta se dirigió al cuarto de baño. Antes de entrar echó un rápido vistazo a la entrada. Demasiado silencio. No se escuchaban voces provenientes de la planta baja, y eso le incomodaba. No recordaba la última vez que había podido escuchar la suave brisa exterior sin que ésta fuese sofocada por gritos o lamentos de dolor.



A las 19:27 de la tarde salió por la puerta del hostal cargando en el hombro derecho el saco de tela que tan bien le había venido a lo largo del viaje. En el interior guardó el mapa que Cathy le había regalado junto a la linterna que Bob le había prestado y un par de bollos de mantequilla recién horneados. También cargaba en el interior una de las tres mantas que había encontrado en casa de Nott, una lata de conservas que había decidido llevarse por pura precaución y la única botella de vino que tenía, por si el frío se intensificaba a medida que se internaba en el corazón del bosque.

Mientras caminaba se preguntó si habría hecho lo correcto dejando a Ginny al cuidado de Cathy y Bob, aunque realmente sabía que no tenía elección. Era eso o llevarla consigo, y estaba claro que la segunda opción no era la acertada. No era tan insensata como para creer que aquella citación era una muestra de auxilio.


Eran las 20:13 cuando Hermione llegó a su destino tras una corta parada para reubicarse, tomar uno de los bollos que le habían preparado para el viaje y dar un par de tragos a la botella de vino en un vano intento por calentar el cuerpo. Hacía un frío de muerte.

El Barranco Muerto era una extensión de rocas y tierra que se elevaba varios metros sobre la planicie. Al asomarse, Hermione comprobó que la superficie lisa que separaba el barranco en dos altas torres de piedra constituía el cauce del río Danish, un río que se había secado años atrás dejando sedimentos a lo largo de varios kilómetros montaña abajo.

Sin perder la calma, esperó largos minutos en silencio con la varita presa entre los dedos, preparada para atacar a la más mínima muestra de vida pero, a pesar de que la hora pactada se aproximaba, nadie acudió al lugar de encuentro.

Examinó con cautela el paisaje que la rodeaba intuyendo que algo importante se le estaba escapando. Era como intentar descifrar un acertijo que nadie había formulado.

Decidida a esperar, sacó la nota y la releyó una y otra vez mentalmente. De inmediato la sangre se le heló y cayó en la cuenta del tremendo error que había cometido. ¿Cómo había podido ser tan rematadamente inconsciente? Era una estúpida, una completa estúpida.

Sin esperar a atar todos los cabos, emprendió la carrera de vuelta. Los ojos se recubrieron de la molesta capa acuosa que daba paso a las lágrimas mientras avanzaba a toda velocidad entre los árboles. Para cuando llegase ya estarían muertos, y todo por su culpa. Desaparecerse y aparecerse era peligroso y contenía cierto riesgo, pero desaparecerse teniendo en poder cualquier objeto que los mortífagos pudiesen usar como rastreador…, eso era directamente un suicidio.

No podía creer que hubiese podido cometer semejante error de novata. Las varitas de los mortios estaban conectadas entre sí como los eslabones de una cadena. De forma que en caso de robo o posible fuga o traición de un miembro del ejército de Voldemort, sus seguidores pudiesen localizarlo y matarlo antes de que fuese siquiera capaz de pestañear. Muy poca gente tenía constancia de ello, incluso era posible que algunos mortífagos desconociesen esa potente conexión. Por un instante pensó en lanzar el arma lo más lejos posible de ella, pero ahora que la habían encontrado no tenía sentido hacer algo parecido. Necesitaba un arma con la que poder defenderse.

Gruesas nubes grises ciñeron el cielo estrellado cubriendo la luna y, con ella, la poca luz que ésta proyectaba. Hermione tropezó innumerables veces, se perdió, desanduvo el camino trazado, volvió a retomarlo, tropezó varias veces más y por fin llegó al hostal agotada y llena de golpes.

En el interior había luz. Desde su posición observó las deformadas sombras que se retorcían junto a la ventana reconociéndolas al instante. Eran Cathy y Bob. ¿Cómo era posible? Para ese entonces esperaba hallar un edificio en ruinas derrumbado sobre los cadáveres de sus amigos, pero nada más allá de la realidad. Se respiraba paz en el lugar, una tranquilidad artificial y comedida que Hermione se negó a aceptar.

—La casa está rodeada, ¿verdad? —preguntó al aire, y éste le respondió.

—Hay una docena de hombres esperando mi señal. Podría hacer que se esfumasen con un solo movimiento de mano—la voz se escuchaba cada vez más cerca hasta que se convirtió en un débil susurro junto a la oreja—. ¿Crees que debería ordenarles que se marchen, o prefieres que les de la señal para que terminen el trabajo que han venido a hacer?

Cada terminación nerviosa del cuerpo de Hermione reaccionó como si le hubiesen dado una descarga eléctrica. Le habían tendido una trampa de la manera más burda conocida por el hombre. Ahora todo dependía de Malfoy, de la decisión que tomase a partir de la negociación a la que ambos pudiesen llegar.

—¿Qué quieres que haga? —masculló entre dientes sintiendo la impotencia en carne viva por todos los poros de su piel.

—Pregunta errónea—dijo—. La pregunta correcta es: ¿Qué serías capaz de hacer para evitar una masacre?

Hermione cogió aire a la vez que el rostro se le desfiguraba. No podía soportar la idea de que volviesen a encerrarla, no quería volver a dejar que nadie la tocase, no toleraría que alguien abusase de ella de nuevo…, pero había algo mucho más importante que ella misma en el interior de aquella pintoresca casa que contemplaba desde lejos. Allí se encontraban Ginny, Cathy, Bob y seguramente una veintena de huéspedes. No permitiría que todos ellos muriesen por negarse a lo que, ya de por sí, estaba destinada. Había perdido y ahora quedaba la parte más difícil: asumirlo.

—Hoy me siento generoso. ¿Qué te parece si ordeno que mis hombres se desaparezcan y dejo en tus manos la vida de tus amigos? —el corazón de Hermione bombeó con fuerza en el instante en el que sus ojos se abrían como platos—. ¿Crees ser capaz de salvarlos a todos?

Draco hizo una seña con la mano y todos y cada uno de los encapuchados se perdieron en las sombras al instante.

Algo malo iba a ocurrir a continuación, lo presentía.

—Tic-tac, tic-tac…—canturreó Draco con entusiasmo—, el tiempo corre.

Sabiendo lo que iba a pasar mucho antes de que ocurriese, Hermione emprendió la carrera hacia el hostal gritándoles a los inquilinos que escapasen de allí cuanto antes, pero nadie pudo salir de la casa antes de que la explosión lo destruyese todo a su paso. Las ventanas reventaron alzando al vuelo cientos de cristales que se perdieron bajo la mata de humo negro que se elevevaba con rapidez hacia el cielo encapotado. Una inmensa llamarada de fuego consumió lentamente el edificio hasta no dejar más que cenizas y polvo ante los marchitos ojos de Hermione.

7 comentarios:

  1. wow esta genial este fic cada vez que lo leo me fascina mas y mas, nuevamente gracias por haberme invitado a leerlo espero me avises de tu proxima actualizacion(pansy moon)

    ResponderEliminar
  2. Hola! Me gusta mucho tu blog, y como escribis..A mi me encanta Harry Potter! Soy super fan de Drinny(Draco y Ginny), y Luna con Harry(es raro pero me parece fabuloso)... Me eh leido todos los libros, y tu? Esta saga me gusta demasiado, eh pensado en hacer un blog de Harry Potter, que te parece?Poque marco mi infancia, (fue el primer libro que lei, je xD)
    ..Veo que eres fan de Dramione (Draco y Hermione), esta trama me gusta mucho, y deja muchas dudas, Es genial!
    Creo que hare una histroia pero en esta pagina (tal vez la conoscas) www.potterfics.com

    Besos

    Luciana

    ResponderEliminar
  3. PANSY MOON: Holaaaaa!! Sé que soy muy pesada con los mensajes y que siempre estoy implorándote que leáis mi fic, pero qué se le va a hacer...soy así, y lo siento! Pero me alegra muchísimo que hayas decidido pasarte por el blog. Siempre es un placer tenerte. Y mil gracias por el comentario, ojalá sigas leyendo la historia y que no te defraude. Un besazo!! <3

    LUCIANA: Muchas gracias por pasarte. La verdad es que Ginny no es uno de mis personajes preferidos, aunque alguna vez he escrito sobre ella. La pareja de Harry/Luna me gusta. Luna es un personaje que me encanta. Está un poco loca, supongo que por eso mismo me gusta...xD!
    Yo también me he leído todos los libros de la saga. Admito que me enganché tanto que estuve tres días sin apenas dormir, jaja! La verdad es que Draco y Hermione es mi pareja preferida. Da mucho juego a la hora de escribir. No hay nada como un amor imposible, algo prohibido. No sé...me gusta escribir sobre ellos, me resulta más fácil que hacer una historia sobre Harry y Ginny o Ron y Hermione.
    En fin, mil gracias por haberte pasado. Espero seguir viéndote por aquí, un beso!!

    PD: Claro que conozco Potterfics. De vez en cuando publico algo allí. ;)

    ResponderEliminar
  4. Muy buen cap! Los leo mientras escucho mis canciones favoritas de The Rasmus y el ambiente que se forma es fenomenal. ;)
    Una cosita, que no tiene que ver con la historia en general: Cree una sección de afiliados en mi blog, pondré tu link (si no te molesta, en todo caso dime). La historia me parece muy buena y merece ser leída.
    Lo conveniente seria, espero no te jorobe la indicación, que me pudieses pasar en algún momento alguna banner promocionando este blog, así lo pondría como publicidad en el mio.
    Son detalles cutre, pero créeme =3 la buena publicidad atrae.
    Una vez mas, te felicito por esta capacidad que tienes, escribiendo cosas tan soberanamente oscuras y atrayentes.
    Beshos!

    Grisel

    ResponderEliminar
  5. GRISEL: Yo escribo siempre con música, me inspira. Sobretodo para las escenas de guerra o para una escena un tanto "violenta". Me encantaría que pusieses mi link. Estoy a favor de que la gente pueda conocer mi historia, xD! La verdad es que me harías un gran favor. Yo no valgo mucho para hacer publicidad de algo, y mucho menos de mí misma...¬¬. Soy un desastre.
    Supongo que lo habrás visto, pero me he hecho un banner sólo porque tú me lo has pedido, ;)! No sabía cómo se hacían. Lo sé, lo sé, soy una paleta...Pero ahora ya lo he aprendido gracias a ti! Espero seguir viéndote por aquí. Un besoooo!!

    PD: Gracias por las últimas frases, me han encantado. Soy un poco macabra a la hora de escribir, pero juro que no soy así en la vida real, jaja! BESOS!

    ResponderEliminar
  6. =D Somos dos entonces en eso de escribir con música de fondo. Hay quienes se distraen con eso, me ha pasado de hablar con autoras que necesitan silencio.
    En cuanto a lo del link, ya lo puse. Si no recuerdo mal, también te agregue a otro blog que tengo y que acabo de abrir. Así que ya esta. Con imagen y todo. Buenísimo lo del banner XD impulso gente jajajaja. Todo bien =D.
    En su momento yo tampoco sabia como publicitarme...bueno, aun estoy en lo mismo, pero me estoy moviendo XD no se si estaré haciendo las cosas bien, pero vale intentarlo.

    Y en lo ultimo que has comentado, pues, mira, creo que cada escritor tiene miles de mundos dentro de la cabeza. Algunos son alegres, comicos, hilarantes, y otros, oscuros y macabros. Pasando por todos los matices. Y al mismo tiempo no nos perdemos en esas actitudes, bah, no todo el tiempo XD. Me pasa que cuando escribo, me dejo llevar y hay veces las cosas pueden pasarse de crudas o de sentimentales y la verdad, son emociones que si tuviese que vivirlas todo el tiempo, no podría.
    Basta de mi XD.
    Nos estamos viendo!!

    Beshos!

    ResponderEliminar
  7. Wow.. De nuevo enganchada!! Se nota que te divierte dejarme con cara de O_o jajaja!!
    Publik prontoo
    Un Besoo
    Elii

    ResponderEliminar

BannerFans.com
Locations of visitors to this page